miércoles, 24 de agosto de 2011

José Mourinho, la caída de un mito personal


Cuando alguien se enamora de otra persona es natural, incluso humano, que pase por alto muchas cosas que no le son del todo agradables de la persona amada.  Trata de quedarse con lo positivo, lo bonito, lo que le hace sentirse bien, a gusto, en armonía y disfrutar de ello por encima de los errores que el otro cometa. Se dice que por amor se sufre, lo cual no debería ser lo ideal pero este proceder forma parte de la naturaleza humana. Sin embargo suele llegar un día en el que los desplantes, desagravios y procederes que no encajan con la personalidad propia llevados a cabo por la otra parte de la pareja inclinan la balanza y el amor se marcha tal como vino. 

Esa es la relación “personal” que he tenido yo con José Mourinho. 8 años siguiendo su trayectoria, viendo sus equipos, escuchando sus declaraciones, analizando información sobre sus métodos y sus procederes dan para tener un conocimiento muy exhaustivo del genio de Setúbal.  Sin embargo  ya me ha llegado el día, ese momento en el que explotas y decides mandar al mismo carajo todo “amor” que tenías sobre esa persona.
Sobre José debo decir que lo sigo considerando un entrenador genial, mientras que mantiene su campo de actuación en lo referente al terreno de juego. A partir de él se ha ido dando a conocer una metodología de trabajo de máximo nivel, aunque Mourinho no fuera el creador de esta. Su nombre siempre estará ligado a la “Periodización táctica” que desarrolló su mentor Víctor Frade. El actual técnico del R. Madrid ha sido el máximo exponente mediático y en la élite del fútbol de este nuevo paradigma dentro del entrenamiento de máximo nivel en el fútbol. 

La historia de José es muy rica en matices, para el que quiere tener una mayor información al respecto sólo tiene que consultar la red para conocerla al menos superficialmente. Amante absoluto del fútbol, a las órdenes de Bobby Robson y Louis Van Gaal fue absorbiendo conocimientos como una esponja. Conocido como traductor en esa época, sus funciones eran las de segundo entrenador y analista de rivales. Pocos conocen en realidad la importancia que le daban estos dos técnicos al joven Mourinho. Este trabajo en la élite con grandes entrenadores se completó con su estudio de la metodología Frade. José se ha instruido, ha estudiado y trabajado su situación actual. Nadie le regaló nada en cuanto a conocimientos.

A ello le unió su genialidad como estratega, convirtiéndose en uno de los mejores en el planteamiento de partidos y gestación de máquinas de aniquilar rivales en el campo. Durante 8 años nos ha regalado equipos de todo estilo, por mucho que la mayoría lo tache de entrenador ultradefensivo. Ha creado equipos que te avasallaban desde el contraataque, hasta aquellos que te cautivaban desde un ritmo lento para después maniatarte en lo táctico y dejarte sin respuesta o capacidad de reacción. Ha batido records en todos los países que ha estado, ha ganado infinidad de títulos y todo lo ha hecho manejando diferentes sistemas y estilos de juego. Hemos visto a sus equipos jugar con doble pivote, rombo en mediocampo, bandas abiertas, equipos de juego interior, extremos con tendencia a la diagonal interior, dominar los ritmos de partido desde la posesión o desde la fugacidad del contragolpe. Le hemos visto aplicar planteamientos ultradefensivos o ultraofensivos. 

Y todo ello nunca desde la improvisación. Desde los entrenamientos en base a la periodización táctica se adaptaba a la situación personal de su equipo y al rival. Pocos entrenadores han dado mayor importancia al conocimiento exhaustivo del rival y a plantear los partidos en base a ello.  A su favor también debemos decir que sus equipos han sido voraces competidores que no han dejado ninguna competición atrás. Ganar, ganar, ganar y ganar, desde la mejor preparación posible y conocimiento rival ha sido su sello, sin importar contra quién y en que competición. 

En su debe como entrenador podemos poner también un lunar negro, la gestión de  sus plantillas. A pesar de tener, en general, plantillas de mucha profundidad que le dieran variantes, casi siempre optó por la táctica de la guardia pretoriana. 13-14 jugadores componen su equipo de élite para competir, sobre el resto sólo tiene complacencia si los guerreros principales caen en la batalla. Sus equipos compiten por todo y suelen ser los que más partidos disputan al año en el país respectivo. La exigencia física y sobre todo mental  a la que somete a sus jugadores top es excesivamente alta. No hace prisioneros en este aspecto, el que no cumple cae en el ostracismo. Y los que le siguen son exprimidos al máximo. De esta forma consigue sacar de muchos jugadores más de lo esperado, es un gran embaucador sobre sus principales activos a la vez que no tiene misericordia con los que no cumplen o dan el nivel exigido. Sus salidas de los clubs suelen tener repercusiones negativas en cuanto a rendimiento de muchos jugadores. El caso más flagrante ha sido el Inter de Milán, que después de ser el dominador de Italia y Europa, ahora anda a la deriva con la bajada de rendimiento de muchos jugadores que fueron sus grandes artilleros.

Más allá de sus virtudes y defectos-con un gran saldo positivo para las primeras- en lo referente al plano estrictamente futbolístico, el gran problema de José ha sido el verse engullido por su propio ego. Es una persona con un alto conocimiento de sí, se sabe el mejor-quizás no lo sea, pero no anda lejos de ello, siempre siendo esto debatible-.  Y esto le ha hecho convertirse en un auténtico monstruo para sí mismo. Es extraño ver como un entrenador que sabe gestionar muy bien el aspecto emocional de sus jugadores franquicia fracasa de manera estrepitosa una y otra vez en la gestión emocional propia. Con un ego superlativo, sus victorias no le servían. Siempre ha querido estar en la cima mediática, Guardiola lo definió a las mil maravillas como “el puto amo de las ruedas de prensa”. 

Ha buscado, desde que vio su hegemonía en Inglaterra con su Chelsea, una gran cantidad de molinos de viento contra los que pelear cuando el balón no está en juego. Ha trasladado la batalla del campo de fútbol a los medios de comunicación y ahí, desde mi perspectiva personal, ha perdido todo su encanto. La mujer del Rey no debe sólo serlo, sino también parecerlo. El mínimo de modestia exigible no le ha acompañado nunca. Tuvo guerras con Ferguson, con Rafa Benitez o Arsene Wenger en Inglaterra. Sonados también fueron los cruces de declaraciones con Ranieri en Italia. Cuando ve que su hegemonía peligra en el terreno de juego, lleva la cruzada más allá, trasladándola fuera del mismo. Pero por encima de todo siempre le ha perseguido una obsesión, el F.C. Barcelona.

Obsesionado por derrocar al club catalán, ha utilizado todo lo posible para mancillar la imagen del mismo- sean ciertas o no sus declaraciones, en muchos casos inciertas-. Y ha llegado a la cúspide para seguir desarrollando una obsesión innata que debería dejar atrás por su bien personal. Poco tiene que demostrar como entrenador y mucho está dejando de demostrar como persona a cada paso que da, la historia viene de lejos pero cada día añade más capítulos desagradables. España y el R. Madrid le dan todo lo que él necesita para seguir alimentando su estado obsesivo. Su problema es que el rival es más fuerte que nunca, lo que realimenta todo el proceso. 

Dice sentirse poco respaldado. Lo cual es cierto, nadie quiere respaldar a una persona de actitud quijotesca que está poseída por un estado obsesivo desmedido.  Sigue peleando contra sus molinos de viento particulares y degradando a cada paso que da su imagen personal.El límite de mi paciencia con José Mourinho ha llegado a su fin. Para mí seguirá siendo uno de los más grandes entrenadores actuales y el mejor de la pasada década, todo un genio que se ha curtido su trayectoria y logros a base de su talento natural y trabajo. A la vez que cada día me parece una persona más mediocre fuera de los aspectos que tienen que ver con el juego en sí. 

No dejaré de reconocer sus méritos deportivos pero el mito en el que le había convertido se cayó. Los últimos hechos han colmado el vaso de mi creencia en Mou. Gran entrenador a la par que una persona de comportamiento muy mejorable. Ser el mejor incluye también comportarse como el mejor. Y José hace mucho tiempo que dejó de hacerlo, no sólo ha ocurrido en España. 

Adiós José, se me ha caido el mito que envolvía a tu figura. Tenías todo para ser el referente mundial actual en el fútbol, pero tu actitud personal está tirando por la borda la gran cantidad de años que te ha costado conseguir lo que tienes. 

4 comentarios:

  1. No se como te ha podido gustar una persona tan prepotente

    ResponderEliminar
  2. A mí me ocurrió lo mismo, pero el mito cayó hace tiempo. A ti te ha tardado más.

    Para mí es el mejor entrenador del mundo con muchísima diferencia, al menos hasta que llegó Guardiola. Y a Guardiola habría que verlo haciendo en otros equipos lo mismo que en el Barça, eso que sí ha hecho Mourinho. Y de verdad que pensaba que era el técnico ideal para el Madrid, para que el Madrid desbancase al Barça.

    No ha sido así, no lo está siendo, y como bien dices, igual es eso lo que le está desquiciando.

    Hoy por hoy, sin olvidar sus cualidades de técnico, para mí no es más que un insoportable fantoche.

    UN saludo

    ResponderEliminar
  3. @A mi tocayo

    Como persona es como me ha fallado, como entrenador es un genio. Eso es lo que quiero transmitir, mi enamoramiento por él como técnico me ha permitido durante mucho tiempo pasarle los desplantes. Pero a día de hoy es que se está metiendo en una línea que es insoportable. Por eso me he plantado con él.

    @Ravesen

    Yo hace tiempo que lo "tengo en el punto de mira", pero las últimas fantochadas y que consiga que se hable más de él que del propio fútbol ya no me dejan opción.

    ResponderEliminar
  4. Espero que lo sentimental no logre oscurecer lo analítico y puedas seguir disfrutando de este GENIO que nos ha regalado el fútbol.

    ResponderEliminar