jueves, 15 de septiembre de 2011

La Real como vía para alejar fantasmas

Analizando potencial de plantilla, expectativas de cara a la temporada u objetivos marcados para el nuevo campeonato, el resultado de la ecuación planteada para el partido entre Sevilla F.C y Real Sociedad nos debería dar una victoria nervionense. Sin embargo, el fútbol es un estado de ánimo, las sensaciones dejadas marcan cierta tendencia y el rendimiento en el 105x70 es el que marca el resultado. Y aquí, los donostiarras no han estado por debajo de los sevillanos. Después de vencer merecidamente al  Sporting y empatar contra el Barcelona, la Real llega crecida a Nervión.

Montanier parece haber calado pronto en el vestuario realista, su libreto ha comenzado dando resultados pronto y eso lleva al crecimiento de la autoestima. Dentro de las dificultades económicas que pasa el cuadro blanquiazul, la propuesta y la configuración de plantilla son bastante positivas. El técnico galo, ex del Valenciennes, llegó a Anoeta con una trayectoria poco llamativa, pero muy interesante al conseguir que su ex equipo hiciera dos de las mejores temporadas de su historia. Proveniente de un modesto de la Ligue 1, su adaptación a la situación txuri urdin no ha sido nada compleja. Los recursos eran pocos, como en su anterior reto profesional, y había que comenzar a trabajar sin grandes estrellas ni contrataciones deslumbrantes, escenario conocido para él. 

Deberá sacar partido a una plantilla que se basa en el poder de la cantera bajo su habitual 4-3-3, disfrazado de 4-5-1. En Portería debería estar Bravo, ya un clásico en la portería vasca, aportando sobriedad y confianza a su zaga, una línea de 4 en la que prima el físico. En los laterales aparecen dos jugadores con capacidad para proyectarse en ataque, más C. Martínez en derecha que De la Bella en izquierda, y calidad en el centro si se les deja metros.  Como centrales, Demidov dando más jerarquía, junto a I. Martínez como compañero. 

Por delante, tres jugadores en zona central del mediocampo bajo la configuración de Medio Centro y dos interiores. En el vértice inferior del triángulo comparece Illarramendi, un mediocentro de carácter táctico muy interesante. Aparece en las ayudas, domina el posicionamiento y le da salida al juego, jugador a seguir. Por delante, Mariga es el interior físico, de carácter más destructivo, el más implicado en las labores defensivas, junto a Zurutuza como hombre más creativo y con carácter llegador desde segunda línea. La opción de Aranburu como interior no es descartable y, de no ser de la partida, lo habitual es que fuera uno de los cambios de Montanier.  

El desequilibrio aparece arriba en los costados, con dos interiores o falsos extremos, que ponen el talento. Para acompañar a Xabi Prieto-alma mater del equipo-, aparecen dos opciones, Griezmann y Carlos Vela, ambos zurdos, jugadores de 1x1 en conducción y con capacidad de llegada. El francés aporta mayor recorrido defensivo, mientras que el mexicano proporciona mayor capacidad realizadora. Además de ser los hombres encargados de marcar las diferencias, los exteriores aportan ayudas defensivas a los laterales, no desentendiéndose del repliegue defensivo. 

Como punta de la lanza, el 9 será una de las sensaciones del arranque de temporada. Un Aguirretxe que lleva 3 goles y se ha mostrado como un maestro en la definición en el remate de cabeza. Además aporta presión y desmarque de ruptura entre centrales para dar oxígeno a su equipo.

En el plano táctico, la Real domina tanto el juego con como sin balón. Repliegan para formar un 4-5-1 en defensa en el cual los laterales tienen tendencia a cerrarse en exceso hacia sus centrales, de forma que, en ocasiones, cierran con una defensa de 5, acostándose en la línea de retaguardia uno de los interiores de banda. Su tendencia es a intentar no meter su línea defensiva demasiado atrás, mediocampo y defensa se posicionan juntos para evitar juego entre líneas y alejados lo más posible de Bravo. En ataque su juego suele ser vertical y buscando las entradas por bandas, donde los laterales se incorporan. En especial, destacan por su profundidad en el lado derecho, donde C. Martínez y Xabi Prieto se complementan bien y tienen calidad en el centro buscando los remates de Aguirretxe.

Equipo con poco  nombre el que visita el Sánchez Pizjuán pero con ideas muy claras y refuerzo positivo de los resultados. La pelota está en el tejado de Marcelino y sus chicos. Todos esperamos la victoria para alejar fantasmas que nos recuerdan demasiado a los vistos la temporada pasada. Nervión debe empezar a convertirse en un fortín desde ya, las sensaciones dejadas por el equipo deben mejorar, pero ante todo lo fundamental es sacar resultados. Esperamos que no haya exceso de confianza y el equipo salga con un buen ritmo de partido.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Apuesta al par y rojo: El proyecto en manos de Marcelino


Cada aficionado es un mundo, un individuo que piensa y siente de una manera particular. Sin embargo, estos se agrupan a través de corrientes de afinidad que estructuran a la masa social de un club en diferentes estratos. En Sevilla se habla mucho de esta estratificación, de la diversidad de posiciones dentro del sevillismo. Cuando esto ocurre, la partición del todo y su exceso de exposición, en un ente social y expuesto a la opinión pública es señal inequívoca de que los caminos seguidos no son los más adecuados. Los actos definen los resultados, esto haces, esto tienes. Y cuando se obtiene diversificación de opiniones y posturas alrededor de cualquier situación uno debe preguntarse qué es lo que ocurre porque las cosas no se están haciendo bien.   

El sevillista de a pie lleva 3 años recibiendo una serie de frustraciones y decepciones importantes. Estas han llegado a nivel de resultados, con la no suficiente contención de una caída más que previsible desde el punto máximo de rendimiento de la entidad en los últimos cincuenta años, sazonada con momentos puntuales de pérdida de oportunidades históricas o ridículos de mucha proporción. Y también lo han hecho a nivel de plantilla, con la no consecución de una serie de fichajes que parecían cerrados y no se han obtenido. Un abonado o simple aficionado mira hacia atrás, observa los mensajes que ha recibido desde entonces, y analiza la situación actual y es lógico, normal y entendible que se muestre decepcionado, frustrado y que saque su lado más crítico, más mordaz o más voraz contra lo que está observando.  

A día de hoy es muy complicado contener el choque de opiniones.  Lo peor es que la división nunca trae resultados. Si dentro de una sociedad existe polaridad se está lejos de la obtención de los objetivos o resultados deseados. Existe oposición de la afición para con el club y también dentro de los propios seguidores sevillistas. El caldo de cultivo para el cisma se engrandece cada día que pasa. Y la gota que ha colmado el vaso ha sido este Agosto de 2011. La no presencia en Europa League, tras la decepción de observar que el equipo no estaba para poder pelear por entrar en Champions, y la configuración final de la plantilla han supuesto la puntilla para que las voces se enaltezcan. Aquellos que buscan motivos para justificar los acontecimientos se quedan con pocos argumentos. Incluso se observa que también caen en la decepción.

Tratar de analizar en positivo que el Sevilla se haya quedado con dos delanteros puros en su plantilla se hace casi imposible. A todas luces se muestra como un error, el principal, mayúsculo. No es el único en cuanto al análisis global de los efectivos con los que cuenta Marcelino para la próxima temporada, pero sí el que se atisba más trascendente. El asturiano está en un proceso de estructuración del equipo en base a un sistema 4-4-2. Parece bastante enrocado en esta posición, en mantener su sistema predilecto. No sabemos cuáles habrán sido las conversaciones internas, que se supone que las habrá habido. Queremos creer que se tiene un plan B. El “marrón” ahora recae sobre el entrenador. A Marcelino le va a tocar la papeleta de resolver la situación de desequilibrio de la plantilla. O se reinventa o saca un efecto de su chistera con el que no se contaba. 

Cierto es que la ausencia de competición europea libera la presión sobre la plantilla, en cuanto a competición. No sólo es analizable el número de partidos inferior que se juega, se disminuyen los desplazamientos, los plazos de recuperación aumentan y los tiempos de preparación de partidos y sistemas se acrecientan. Pero no valen como escusas para la no llegada de un delantero, máxime después del varapalo europeo. Sólo sirven para agarrarse a un clavo ardiendo y no dejarse vencer por la decepción. 

La directiva del Sevilla debería haber valorado la situación desde otros ángulos diferentes al económico. Es entendible que la situación económica no sea la más adecuada, pero el aficionado no tiene culpa. Si se ha llegado a este momento es debido a la gestión económica y deportiva y como consecuencia de los resultados obtenidos en los últimos años. El margen de maniobra parece, desde fuera, que ha sido muy estrecho. Sólo, mientras no se diga lo contrario, parecía existir una opción para mejorar lo que había en plantilla. Fuera de ahí, algo siempre será mejor que nada, y se tenían que haber valorado otras opciones.
Hacer más fuerte la plantilla, aún con efectivos de clase b, era otra visión a la que unir a la económica. Para el Sevilla actual es muy importante, de cara a no verse imbuido por un proceso de retroceso en el que parece estar cayendo sin parada, entrar entre los cuatro primeros de cara a mantener el discurso actual. Y por último está la social. La pelota mandará y será la que pueda reconducir la situación. Pero desde el punto de vista social, la gestión de la actual directiva no está siendo brillante, por calificarla de alguna manera. Las críticas, hasta ahora totalmente justificadas, van en aumento. El clima de crispación en los abonados y aficionados que se respira es cada día más denso. Y desde el club no se ponen las medidas necesarias para que se vuelva a una situación de calma. Solucionar esta situación nunca puede ser responsabilidad del aficionado.

El acometer un esfuerzo económico por encima del “estrictamente posible”  se antojaba necesario. Hipotecar un poco el futuro cercano por tratar de obtener un presente mejor, o al menos más fácilmente alcanzable, hubiera sido una valoración positiva. El tiempo dará y quitará razones, pero no se parte de la situación más cómoda para llevar a cabo un objetivo complicado. El aficionado tendrá que agarrarse al cuadro técnico, a la vista de cómo queda la plantilla.

“In Marcelino We Trust”- En Marcelino, nosotros creemos-, es el único grito que podemos hacer nuestro. La dirección del cuadro sevillista ha dejado demasiadas cosas en su mano, confiemos en que el asturiano nos de lo que esperamos de él, desde una posición de mucha desventaja frente a otros rivales. Otra planificación que sumar a las anteriores para plantearse muchas cosas en el actual Sevilla F.C. Como por ejemplo, si no es hora ya de cambiar el discurso…..

martes, 30 de agosto de 2011

Cesc, el retorno del Rey

La juventud de Cesc Fábregas ha sido bastante acelerada. A los 16 años salió de la Masia rumbo a Londres tras firmar un brillantísimo mundial sub,17 con la selección española. Wenger no dudo en hacerse con los servicios de este jovencísimo chaval, nombrado mejor jugador del torneo y máximo goleador del mismo. Ese fue su salto a la palestra mediática, más por su vuelo hacia el Arsenal que por la brillantez de su mundial que le convirtió, pese  a ser  uno de los jugadores más jóvenes de aquella selección, en  su auténtico líder espiritual. 

Arsene sabía que fichaba a un jugador diferente, de altísima calidad y llamado a poder convertirse en un referente absoluto del equipo en el que jugara. Su proceso de formación siguió en los reservas del Arsenal, para debutar en Premier esa temporada, aunque su  entrada definitiva al primer equipo debería esperar. Volvió a poder ser visto en España un año después con motivo del europeo sub,17 de 2004. Nuevamente era el “niño” jefe  de los juveniles españoles que caerían ante la Francia de Nasri, Menez, Ben Arfa y Benzema. 

En su periplo juvenil con la selección española Cesc fue el 10 del equipo, mediapunta con total libertad en el esquema típico que utilizaban las inferiores nacionales en esa época, un 4-2-3-1 muy clásico. Su evolución hacia el mediocentro en el que se convirtió fue llevada de la mano de Arsene Wenger. El alsaciano fue transformando a Fábregas en un mediocentro de máximo nivel situándolo junto a la roca Viera. El español siempre dijo que Patrick fue su referencia para consolidar los conceptos de la posición. Desde allí vimos crecer a un imberbe Cesc que quemaba etapas a una velocidad de vértigo hasta convertirse en el capitán y auténtico señor del Arsenal. Su nivel fue superlativo en algunas temporadas en la Premier, superando en rendimiento a jugadores referenciales en su posición en la liga, como Steve Gerrard o Frank Lampard. 

Observábamos a un Fábregas que capitalizaba la generación de juego en un equipo que vivía en torno a la pelota. Recibía de los centrales, subía con la jugada, habilitaba a sus compañeros con una movilidad total respecto al balón ofreciendo multitud de desmarques de apoyo o ruptura, dominando los espacios entre líneas. Su trascendencia en el juego aumentaba cuando recibía de cara, independientemente de la distancia a la que se produjera su recepción de balón respecto a la portería contraria. Y encima se convertía en un jugador genial en las transiciones, acompañando las salidas a la contra, yendo a la presión tras pérdida o recuperando la posición cuando el rival salía desde su línea defensiva. Su explosión definitiva llegó cuando empezó a mostrar unos registros elevados en la realización, consiguiendo números de 10 cuando jugaba como mediocentro. 

Se había convertido en un mediocentro total, con un solo lunar en su trayectoria. Este no era otro que brillar en la selección española. Luis tiraba de él como reserva para ser el jugador con mayor capacidad de llegada de su “equipo”, pero no era titular ni referente como le ocurría en su club. Le tocaba vivir a la sombra de Xavi Hernández. Mientras que este lideraba el F.C. Barcelona y la selección nacional como temporizador de la posesión y del control de los partidos e  Iniesta se readaptaba a una rol diferente como jugador de desborde y decisivo en zonas de definición, siendo utilizado en posiciones de banda o como interior de llegada más que como organizador, Cesc empezaba a sufrir un calvario de lesiones que le alejaban de la élite del fútbol europeo. 

Al llegar Guardiola a Can Barça siempre lo tuvo claro, quería a Fábregas en su equipo. La situación del de Llorens de Mar  cada vez era más difícil. Las dos últimas temporadas observaba como el Arsenal no competía al nivel esperado y  él no podía liderar de forma constante a su equipo. Wenger no permitía su salida, sabedor del potencial de Cesc, y de la necesidad que tenía el club de Londres de su figura. Alejado de sus mejores momentos y esperando que su entrenador le “liberara”, no tuvo que pasar muy buenos momentos. Ver como el Barça llama a tu puerta de manera insistente y tu escuadra no da el rendimiento que esperas debe ser muy agotador en el plano mental. Podíamos observar a un Fábregas con un semblante que reflejaba su situación, se le notaba un exceso de ansiedad en el rostro y en su gesto. Había dejado de disfrutar del fútbol de la manera que lo hacía desde los 16 años.

El verano ha supuesto la liberación emocional absoluta de Cesc y una vuelta a sus orígenes. Ha regresado a casa como el hijo pródigo y lo ha hecho marcando diferencias desde su posición de origen. Guardiola, de momento, ha cerrado el debate sobre su encaje o no en el esquema Barça y su compatibilidad con Xavi o Thiago Alcántara sin prescindir del mediocentro ni de Iniesta como interior. Hemos visto que Pep tiene la intención, al menos momentáneamente, de volver a convertir a Fábregas en aquel 10 que deslumbró en su etapa juvenil capitaneando a una España de primera línea tanto europea como mundial. El “Noi de Santpedor” nos ha sorprendido a todos llevando al 4 blaugrana a sus orígenes para que marque diferencias con su capacidad de llegada y asociación con Messi. Flotando por delante de Xavi/Thiago e Iniesta, Cesc ha encontrado una libertad en el campo a la que sumar a la recuperada emocional. 

Ahora habrá que dejar que los acontecimientos se sucedan para ver si esta involución en el juego de Fábregas es definitiva en esta temporada o sólo una cuestión que veremos de forma eventual. Se abre una nueva vía en el Barcelona para dar mayor versatilidad si cabe a su juego con la presencia de un 4 en la posición de 10 con capacidad para marcar diferencias, muchas diferencias, lejos de lo que podría ser su posición fetiche. Lo que parece claro es que los espectadores saldremos ganando con esta acumulación de talento, esperaremos los partidos del F.C. Barcelona siempre con la intención de ver juntos a Xavi, Iniesta, Cesc, Messi, Pedro, Villa o Alexis Sánchez y no como muchos podríamos esperar, sacrificando la libertad de uno de los bajitos a la posición de mediocentro. Guardiola nos ha enseñado un caramelo demasiado apetitoso y estaremos ansiosos para que nos lo muestre la mayor de las veces.

viernes, 26 de agosto de 2011

Lo dejamos para mañana

Arranca mi particular 25 de Agosto. A las 8,30 toca salir de casa, después de 15 horas fuera sólo pisando el dulce hogar 20 minutos para comer y pegarme una ducha rápida, llego de nuevo. 23,30 de la noche. Día duro de trabajo tocaba hoy, no importa el Sevilla me dará la ilusión de la jornada me digo al comenzar el "martirio laboral" . Nada más lejos de la realidad.23,30 de nuevo, toca encender el ordenador. Habrá que contar algo, pienso. Pero mi "empresa" de comunicaciones parece que la tiene tomada conmigo. 21 días esperando llevo para poder hacerme con un smart-phone. Evidentemente, les mandé al mismo carajo después de ver su "profesionalidad". Sigo esperando mi nuevo teléfono, pero ahora con otra "empresa". Ahora le toca el turno a la conexión a internet. Sólo me deja responder a un email. como no, de trabajo. Tras media hora con tres reinicios de ordenador y cuatro reseteos del modem wifi consigo hacer un pequeño tuit en twitter.

Se acaba el día, 0:00. Entro el blogger por fín, pero me siento agotado tanto física como anímicamente. No hay ni ganas ni ánimos para opinar o analizar nada de lo visto hoy. Mientras escribo la conexión sigue haciendo de las suyas, viene y va, pero parece dejar escribir estas letras.

Lo dejamos para mañana, hoy no ha sido el mejor día de mi vida. Supongo que el de muchos sevillistas tampoco. Se constatan que los grandes tiempos pasaron, el futuro inmmediato no deja dudas. Hay que asumir que no somos potencialmente un equipo puntero y que es momento de trabajar duro para rehacerse desde la humildad y la realidad.  No se hicieron muchas cosas bien y las facturas siempre llegan, antes o después. La ley del "Karma", le llaman algunos. Otros la consecuencia de los actos. Aquí lo dejo, mañana continuanos desde aquí.

Buenas noches a todos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

José Mourinho, la caída de un mito personal


Cuando alguien se enamora de otra persona es natural, incluso humano, que pase por alto muchas cosas que no le son del todo agradables de la persona amada.  Trata de quedarse con lo positivo, lo bonito, lo que le hace sentirse bien, a gusto, en armonía y disfrutar de ello por encima de los errores que el otro cometa. Se dice que por amor se sufre, lo cual no debería ser lo ideal pero este proceder forma parte de la naturaleza humana. Sin embargo suele llegar un día en el que los desplantes, desagravios y procederes que no encajan con la personalidad propia llevados a cabo por la otra parte de la pareja inclinan la balanza y el amor se marcha tal como vino. 

Esa es la relación “personal” que he tenido yo con José Mourinho. 8 años siguiendo su trayectoria, viendo sus equipos, escuchando sus declaraciones, analizando información sobre sus métodos y sus procederes dan para tener un conocimiento muy exhaustivo del genio de Setúbal.  Sin embargo  ya me ha llegado el día, ese momento en el que explotas y decides mandar al mismo carajo todo “amor” que tenías sobre esa persona.
Sobre José debo decir que lo sigo considerando un entrenador genial, mientras que mantiene su campo de actuación en lo referente al terreno de juego. A partir de él se ha ido dando a conocer una metodología de trabajo de máximo nivel, aunque Mourinho no fuera el creador de esta. Su nombre siempre estará ligado a la “Periodización táctica” que desarrolló su mentor Víctor Frade. El actual técnico del R. Madrid ha sido el máximo exponente mediático y en la élite del fútbol de este nuevo paradigma dentro del entrenamiento de máximo nivel en el fútbol. 

La historia de José es muy rica en matices, para el que quiere tener una mayor información al respecto sólo tiene que consultar la red para conocerla al menos superficialmente. Amante absoluto del fútbol, a las órdenes de Bobby Robson y Louis Van Gaal fue absorbiendo conocimientos como una esponja. Conocido como traductor en esa época, sus funciones eran las de segundo entrenador y analista de rivales. Pocos conocen en realidad la importancia que le daban estos dos técnicos al joven Mourinho. Este trabajo en la élite con grandes entrenadores se completó con su estudio de la metodología Frade. José se ha instruido, ha estudiado y trabajado su situación actual. Nadie le regaló nada en cuanto a conocimientos.

A ello le unió su genialidad como estratega, convirtiéndose en uno de los mejores en el planteamiento de partidos y gestación de máquinas de aniquilar rivales en el campo. Durante 8 años nos ha regalado equipos de todo estilo, por mucho que la mayoría lo tache de entrenador ultradefensivo. Ha creado equipos que te avasallaban desde el contraataque, hasta aquellos que te cautivaban desde un ritmo lento para después maniatarte en lo táctico y dejarte sin respuesta o capacidad de reacción. Ha batido records en todos los países que ha estado, ha ganado infinidad de títulos y todo lo ha hecho manejando diferentes sistemas y estilos de juego. Hemos visto a sus equipos jugar con doble pivote, rombo en mediocampo, bandas abiertas, equipos de juego interior, extremos con tendencia a la diagonal interior, dominar los ritmos de partido desde la posesión o desde la fugacidad del contragolpe. Le hemos visto aplicar planteamientos ultradefensivos o ultraofensivos. 

Y todo ello nunca desde la improvisación. Desde los entrenamientos en base a la periodización táctica se adaptaba a la situación personal de su equipo y al rival. Pocos entrenadores han dado mayor importancia al conocimiento exhaustivo del rival y a plantear los partidos en base a ello.  A su favor también debemos decir que sus equipos han sido voraces competidores que no han dejado ninguna competición atrás. Ganar, ganar, ganar y ganar, desde la mejor preparación posible y conocimiento rival ha sido su sello, sin importar contra quién y en que competición. 

En su debe como entrenador podemos poner también un lunar negro, la gestión de  sus plantillas. A pesar de tener, en general, plantillas de mucha profundidad que le dieran variantes, casi siempre optó por la táctica de la guardia pretoriana. 13-14 jugadores componen su equipo de élite para competir, sobre el resto sólo tiene complacencia si los guerreros principales caen en la batalla. Sus equipos compiten por todo y suelen ser los que más partidos disputan al año en el país respectivo. La exigencia física y sobre todo mental  a la que somete a sus jugadores top es excesivamente alta. No hace prisioneros en este aspecto, el que no cumple cae en el ostracismo. Y los que le siguen son exprimidos al máximo. De esta forma consigue sacar de muchos jugadores más de lo esperado, es un gran embaucador sobre sus principales activos a la vez que no tiene misericordia con los que no cumplen o dan el nivel exigido. Sus salidas de los clubs suelen tener repercusiones negativas en cuanto a rendimiento de muchos jugadores. El caso más flagrante ha sido el Inter de Milán, que después de ser el dominador de Italia y Europa, ahora anda a la deriva con la bajada de rendimiento de muchos jugadores que fueron sus grandes artilleros.

Más allá de sus virtudes y defectos-con un gran saldo positivo para las primeras- en lo referente al plano estrictamente futbolístico, el gran problema de José ha sido el verse engullido por su propio ego. Es una persona con un alto conocimiento de sí, se sabe el mejor-quizás no lo sea, pero no anda lejos de ello, siempre siendo esto debatible-.  Y esto le ha hecho convertirse en un auténtico monstruo para sí mismo. Es extraño ver como un entrenador que sabe gestionar muy bien el aspecto emocional de sus jugadores franquicia fracasa de manera estrepitosa una y otra vez en la gestión emocional propia. Con un ego superlativo, sus victorias no le servían. Siempre ha querido estar en la cima mediática, Guardiola lo definió a las mil maravillas como “el puto amo de las ruedas de prensa”. 

Ha buscado, desde que vio su hegemonía en Inglaterra con su Chelsea, una gran cantidad de molinos de viento contra los que pelear cuando el balón no está en juego. Ha trasladado la batalla del campo de fútbol a los medios de comunicación y ahí, desde mi perspectiva personal, ha perdido todo su encanto. La mujer del Rey no debe sólo serlo, sino también parecerlo. El mínimo de modestia exigible no le ha acompañado nunca. Tuvo guerras con Ferguson, con Rafa Benitez o Arsene Wenger en Inglaterra. Sonados también fueron los cruces de declaraciones con Ranieri en Italia. Cuando ve que su hegemonía peligra en el terreno de juego, lleva la cruzada más allá, trasladándola fuera del mismo. Pero por encima de todo siempre le ha perseguido una obsesión, el F.C. Barcelona.

Obsesionado por derrocar al club catalán, ha utilizado todo lo posible para mancillar la imagen del mismo- sean ciertas o no sus declaraciones, en muchos casos inciertas-. Y ha llegado a la cúspide para seguir desarrollando una obsesión innata que debería dejar atrás por su bien personal. Poco tiene que demostrar como entrenador y mucho está dejando de demostrar como persona a cada paso que da, la historia viene de lejos pero cada día añade más capítulos desagradables. España y el R. Madrid le dan todo lo que él necesita para seguir alimentando su estado obsesivo. Su problema es que el rival es más fuerte que nunca, lo que realimenta todo el proceso. 

Dice sentirse poco respaldado. Lo cual es cierto, nadie quiere respaldar a una persona de actitud quijotesca que está poseída por un estado obsesivo desmedido.  Sigue peleando contra sus molinos de viento particulares y degradando a cada paso que da su imagen personal.El límite de mi paciencia con José Mourinho ha llegado a su fin. Para mí seguirá siendo uno de los más grandes entrenadores actuales y el mejor de la pasada década, todo un genio que se ha curtido su trayectoria y logros a base de su talento natural y trabajo. A la vez que cada día me parece una persona más mediocre fuera de los aspectos que tienen que ver con el juego en sí. 

No dejaré de reconocer sus méritos deportivos pero el mito en el que le había convertido se cayó. Los últimos hechos han colmado el vaso de mi creencia en Mou. Gran entrenador a la par que una persona de comportamiento muy mejorable. Ser el mejor incluye también comportarse como el mejor. Y José hace mucho tiempo que dejó de hacerlo, no sólo ha ocurrido en España. 

Adiós José, se me ha caido el mito que envolvía a tu figura. Tenías todo para ser el referente mundial actual en el fútbol, pero tu actitud personal está tirando por la borda la gran cantidad de años que te ha costado conseguir lo que tienes. 

martes, 23 de agosto de 2011

La estabilidad del proyecto se pone en juego


No podemos hablar de situación límite, pero sí de momentos de cierta tensión en torno al Sevilla F.C. Del nido insta a los aficionados a volcarse con el equipo de cara al enfrentamiento contra el Hannover, señal inequívoca de preocupación. Saben en la planta noble del Sánchez Pzijuan que alcanzar la fase de grupos de la Europa League es imprescindible para amansar unas aguas que han empezado a embravecerse. La afición sevillista actual es cortoplacista, algo natural y lógico a la vista de los acontecimientos de las últimas temporadas. El Sevilla ha bajado su status, no sólo en referencia a la calidad de su juego, sino en referencia al rendimiento, lo cual es aún más importante. El sevillista ha vivido momentos impensables en un espacio de tiempo muy corto y ha sido llevado de la mano por la dirección del club a pensar que la situación se podía alargar a medio plazo en el tiempo sin grandes caídas. 

Sin embargo estas llegaron en un plazo de tiempo muy corto. La primera fue la pérdida de una identidad de juego con la que se identificó el aficionado, haciéndola suya,  y que vio desplomarse de la noche a la mañana. La segunda fue la disminución llamativa de competitividad con unos resultados la pasada temporada que dejaron muy fríos a muchos. Caer en la previa de la Champions, no competir por las cuatro primeras posiciones de la Liga y no hacer una Europa League acorde a lo esperado, más aún después del palo que supuso ser eliminado por el Braga en la previa de la Liga de Campeones, no entraba en los pensamientos de ningún aficionado sevillista. 

La desilusión que se estaba instaurando entre los seguidores se ha visto paliada esta pretemporada con la llegada de Marcelino García Toral. Con el asturiano más la operación salida en la plantilla, más que con la operación llegada, volvieron los mensajes ilusionantes.  Volver a las raíces, esa era la base del pregón previo a la temporada. Sin embargo, siempre es el 105X70 y lo que ocurre dentro de él el que pone las cosas en su sitio. De nada sirven las declaraciones previas, los análisis u opiniones que se realizan antes de que el balón empieza a a rodar y la competición cae por si sola para mostrar la realidad.

Y esta, a día de hoy, preocupa tanto afición como a directiva y cuerpo técnico. Los estamentos del club deben mantener la imagen de calma pero el aficionado no tiene porque estar tranquilo. La sevillista es una afición entendida, que sabe lo que quiere y quiere que se le muestre lo que se le transmite. Por eso echa la vista un año atrás y lo que observa le incomoda.  La desilusión de Braga hizo mella en el sevillismo, la fractura empezó a propagarse desde aquel día. 

El abonado o simple aficionado de a pie mira a su alrededor y observa a una plantilla a la que le falta empaque defensivo, calidad en la construcción del juego y a la que se le ha prometido la llegada de un delantero. Analiza y llega a la conclusión que no sólo puede ser necesaria la incorporación de un punta, lo conveniente sería incorporar una pieza por línea. Es casi unánime que es casi necesario un central con jerarquía, a la espera de que Cáceres de un paso adelante y se consolide como el central que se puede esperar. Mucho más conveniente se observa la llegada de un mediocentro que otorgue cierta visión de juego, que participe en la salida de balón y que ofrezca líneas de pase. La vuelta de Medel palia este efecto, demostrado, mientras que el argentino no diga lo contrario, que Fede Fazio no está al nivel mínimo exigible para jugar de mediocentro.  Y todavía se espera la llegada de un delantero, cuyo actor principal de este culebrón del verano se ha disfrazado de Borja Valero para mayor cabreo del sevillista. La situación de Giovanni  Do Santos recuerda a la del madrileño la pasada temporada. 

Sobre el Sevilla pende, nuevamente, una guillotina que esta vez podría ser muy dañina. Una eliminación impensable en la Europa League supondría una estocada profunda a la entidad, sobre todo desde el plano económico-que no es nada halagüeño a la vista de las incorporaciones, no por el nivel de estas sino por la falta de efectivos que se vislumbra para completar una plantilla de máxima competitividad-  y social. El aficionado no quiere más mensajes de ilusión, quiere que los hechos le lleven a engancharse de nuevo a su equipo. Y al observar la “trama” Hannover le vienen recuerdos del Agosto de 2010. 

Por todo, el jueves el Sevilla tiene una final, esas que se juegan para ganar como dice el tópico. No puede fallar si quiere que haya tiempo para poder reconducir la situación. El ayer no vale si el hoy no permite la estabilidad.