martes, 30 de agosto de 2011

Cesc, el retorno del Rey

La juventud de Cesc Fábregas ha sido bastante acelerada. A los 16 años salió de la Masia rumbo a Londres tras firmar un brillantísimo mundial sub,17 con la selección española. Wenger no dudo en hacerse con los servicios de este jovencísimo chaval, nombrado mejor jugador del torneo y máximo goleador del mismo. Ese fue su salto a la palestra mediática, más por su vuelo hacia el Arsenal que por la brillantez de su mundial que le convirtió, pese  a ser  uno de los jugadores más jóvenes de aquella selección, en  su auténtico líder espiritual. 

Arsene sabía que fichaba a un jugador diferente, de altísima calidad y llamado a poder convertirse en un referente absoluto del equipo en el que jugara. Su proceso de formación siguió en los reservas del Arsenal, para debutar en Premier esa temporada, aunque su  entrada definitiva al primer equipo debería esperar. Volvió a poder ser visto en España un año después con motivo del europeo sub,17 de 2004. Nuevamente era el “niño” jefe  de los juveniles españoles que caerían ante la Francia de Nasri, Menez, Ben Arfa y Benzema. 

En su periplo juvenil con la selección española Cesc fue el 10 del equipo, mediapunta con total libertad en el esquema típico que utilizaban las inferiores nacionales en esa época, un 4-2-3-1 muy clásico. Su evolución hacia el mediocentro en el que se convirtió fue llevada de la mano de Arsene Wenger. El alsaciano fue transformando a Fábregas en un mediocentro de máximo nivel situándolo junto a la roca Viera. El español siempre dijo que Patrick fue su referencia para consolidar los conceptos de la posición. Desde allí vimos crecer a un imberbe Cesc que quemaba etapas a una velocidad de vértigo hasta convertirse en el capitán y auténtico señor del Arsenal. Su nivel fue superlativo en algunas temporadas en la Premier, superando en rendimiento a jugadores referenciales en su posición en la liga, como Steve Gerrard o Frank Lampard. 

Observábamos a un Fábregas que capitalizaba la generación de juego en un equipo que vivía en torno a la pelota. Recibía de los centrales, subía con la jugada, habilitaba a sus compañeros con una movilidad total respecto al balón ofreciendo multitud de desmarques de apoyo o ruptura, dominando los espacios entre líneas. Su trascendencia en el juego aumentaba cuando recibía de cara, independientemente de la distancia a la que se produjera su recepción de balón respecto a la portería contraria. Y encima se convertía en un jugador genial en las transiciones, acompañando las salidas a la contra, yendo a la presión tras pérdida o recuperando la posición cuando el rival salía desde su línea defensiva. Su explosión definitiva llegó cuando empezó a mostrar unos registros elevados en la realización, consiguiendo números de 10 cuando jugaba como mediocentro. 

Se había convertido en un mediocentro total, con un solo lunar en su trayectoria. Este no era otro que brillar en la selección española. Luis tiraba de él como reserva para ser el jugador con mayor capacidad de llegada de su “equipo”, pero no era titular ni referente como le ocurría en su club. Le tocaba vivir a la sombra de Xavi Hernández. Mientras que este lideraba el F.C. Barcelona y la selección nacional como temporizador de la posesión y del control de los partidos e  Iniesta se readaptaba a una rol diferente como jugador de desborde y decisivo en zonas de definición, siendo utilizado en posiciones de banda o como interior de llegada más que como organizador, Cesc empezaba a sufrir un calvario de lesiones que le alejaban de la élite del fútbol europeo. 

Al llegar Guardiola a Can Barça siempre lo tuvo claro, quería a Fábregas en su equipo. La situación del de Llorens de Mar  cada vez era más difícil. Las dos últimas temporadas observaba como el Arsenal no competía al nivel esperado y  él no podía liderar de forma constante a su equipo. Wenger no permitía su salida, sabedor del potencial de Cesc, y de la necesidad que tenía el club de Londres de su figura. Alejado de sus mejores momentos y esperando que su entrenador le “liberara”, no tuvo que pasar muy buenos momentos. Ver como el Barça llama a tu puerta de manera insistente y tu escuadra no da el rendimiento que esperas debe ser muy agotador en el plano mental. Podíamos observar a un Fábregas con un semblante que reflejaba su situación, se le notaba un exceso de ansiedad en el rostro y en su gesto. Había dejado de disfrutar del fútbol de la manera que lo hacía desde los 16 años.

El verano ha supuesto la liberación emocional absoluta de Cesc y una vuelta a sus orígenes. Ha regresado a casa como el hijo pródigo y lo ha hecho marcando diferencias desde su posición de origen. Guardiola, de momento, ha cerrado el debate sobre su encaje o no en el esquema Barça y su compatibilidad con Xavi o Thiago Alcántara sin prescindir del mediocentro ni de Iniesta como interior. Hemos visto que Pep tiene la intención, al menos momentáneamente, de volver a convertir a Fábregas en aquel 10 que deslumbró en su etapa juvenil capitaneando a una España de primera línea tanto europea como mundial. El “Noi de Santpedor” nos ha sorprendido a todos llevando al 4 blaugrana a sus orígenes para que marque diferencias con su capacidad de llegada y asociación con Messi. Flotando por delante de Xavi/Thiago e Iniesta, Cesc ha encontrado una libertad en el campo a la que sumar a la recuperada emocional. 

Ahora habrá que dejar que los acontecimientos se sucedan para ver si esta involución en el juego de Fábregas es definitiva en esta temporada o sólo una cuestión que veremos de forma eventual. Se abre una nueva vía en el Barcelona para dar mayor versatilidad si cabe a su juego con la presencia de un 4 en la posición de 10 con capacidad para marcar diferencias, muchas diferencias, lejos de lo que podría ser su posición fetiche. Lo que parece claro es que los espectadores saldremos ganando con esta acumulación de talento, esperaremos los partidos del F.C. Barcelona siempre con la intención de ver juntos a Xavi, Iniesta, Cesc, Messi, Pedro, Villa o Alexis Sánchez y no como muchos podríamos esperar, sacrificando la libertad de uno de los bajitos a la posición de mediocentro. Guardiola nos ha enseñado un caramelo demasiado apetitoso y estaremos ansiosos para que nos lo muestre la mayor de las veces.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo. nos vemos en nada, ¿no?. Soy Fali

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  2. Si que nos vemos pronto, Faluka.Pero aquí tenemos reservado el derecho de admisión, jejeje.Y a personajes como tú no les permitimos la entrada,jajaja. Ya sabes el motivo-los colores de tu equipo-. Y más aún cuando te queda un cuarto hora para pasar por la vicaria, jejeje.Eso todavía es más preocupante.

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