jueves, 15 de septiembre de 2011

La Real como vía para alejar fantasmas

Analizando potencial de plantilla, expectativas de cara a la temporada u objetivos marcados para el nuevo campeonato, el resultado de la ecuación planteada para el partido entre Sevilla F.C y Real Sociedad nos debería dar una victoria nervionense. Sin embargo, el fútbol es un estado de ánimo, las sensaciones dejadas marcan cierta tendencia y el rendimiento en el 105x70 es el que marca el resultado. Y aquí, los donostiarras no han estado por debajo de los sevillanos. Después de vencer merecidamente al  Sporting y empatar contra el Barcelona, la Real llega crecida a Nervión.

Montanier parece haber calado pronto en el vestuario realista, su libreto ha comenzado dando resultados pronto y eso lleva al crecimiento de la autoestima. Dentro de las dificultades económicas que pasa el cuadro blanquiazul, la propuesta y la configuración de plantilla son bastante positivas. El técnico galo, ex del Valenciennes, llegó a Anoeta con una trayectoria poco llamativa, pero muy interesante al conseguir que su ex equipo hiciera dos de las mejores temporadas de su historia. Proveniente de un modesto de la Ligue 1, su adaptación a la situación txuri urdin no ha sido nada compleja. Los recursos eran pocos, como en su anterior reto profesional, y había que comenzar a trabajar sin grandes estrellas ni contrataciones deslumbrantes, escenario conocido para él. 

Deberá sacar partido a una plantilla que se basa en el poder de la cantera bajo su habitual 4-3-3, disfrazado de 4-5-1. En Portería debería estar Bravo, ya un clásico en la portería vasca, aportando sobriedad y confianza a su zaga, una línea de 4 en la que prima el físico. En los laterales aparecen dos jugadores con capacidad para proyectarse en ataque, más C. Martínez en derecha que De la Bella en izquierda, y calidad en el centro si se les deja metros.  Como centrales, Demidov dando más jerarquía, junto a I. Martínez como compañero. 

Por delante, tres jugadores en zona central del mediocampo bajo la configuración de Medio Centro y dos interiores. En el vértice inferior del triángulo comparece Illarramendi, un mediocentro de carácter táctico muy interesante. Aparece en las ayudas, domina el posicionamiento y le da salida al juego, jugador a seguir. Por delante, Mariga es el interior físico, de carácter más destructivo, el más implicado en las labores defensivas, junto a Zurutuza como hombre más creativo y con carácter llegador desde segunda línea. La opción de Aranburu como interior no es descartable y, de no ser de la partida, lo habitual es que fuera uno de los cambios de Montanier.  

El desequilibrio aparece arriba en los costados, con dos interiores o falsos extremos, que ponen el talento. Para acompañar a Xabi Prieto-alma mater del equipo-, aparecen dos opciones, Griezmann y Carlos Vela, ambos zurdos, jugadores de 1x1 en conducción y con capacidad de llegada. El francés aporta mayor recorrido defensivo, mientras que el mexicano proporciona mayor capacidad realizadora. Además de ser los hombres encargados de marcar las diferencias, los exteriores aportan ayudas defensivas a los laterales, no desentendiéndose del repliegue defensivo. 

Como punta de la lanza, el 9 será una de las sensaciones del arranque de temporada. Un Aguirretxe que lleva 3 goles y se ha mostrado como un maestro en la definición en el remate de cabeza. Además aporta presión y desmarque de ruptura entre centrales para dar oxígeno a su equipo.

En el plano táctico, la Real domina tanto el juego con como sin balón. Repliegan para formar un 4-5-1 en defensa en el cual los laterales tienen tendencia a cerrarse en exceso hacia sus centrales, de forma que, en ocasiones, cierran con una defensa de 5, acostándose en la línea de retaguardia uno de los interiores de banda. Su tendencia es a intentar no meter su línea defensiva demasiado atrás, mediocampo y defensa se posicionan juntos para evitar juego entre líneas y alejados lo más posible de Bravo. En ataque su juego suele ser vertical y buscando las entradas por bandas, donde los laterales se incorporan. En especial, destacan por su profundidad en el lado derecho, donde C. Martínez y Xabi Prieto se complementan bien y tienen calidad en el centro buscando los remates de Aguirretxe.

Equipo con poco  nombre el que visita el Sánchez Pizjuán pero con ideas muy claras y refuerzo positivo de los resultados. La pelota está en el tejado de Marcelino y sus chicos. Todos esperamos la victoria para alejar fantasmas que nos recuerdan demasiado a los vistos la temporada pasada. Nervión debe empezar a convertirse en un fortín desde ya, las sensaciones dejadas por el equipo deben mejorar, pero ante todo lo fundamental es sacar resultados. Esperamos que no haya exceso de confianza y el equipo salga con un buen ritmo de partido.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Apuesta al par y rojo: El proyecto en manos de Marcelino


Cada aficionado es un mundo, un individuo que piensa y siente de una manera particular. Sin embargo, estos se agrupan a través de corrientes de afinidad que estructuran a la masa social de un club en diferentes estratos. En Sevilla se habla mucho de esta estratificación, de la diversidad de posiciones dentro del sevillismo. Cuando esto ocurre, la partición del todo y su exceso de exposición, en un ente social y expuesto a la opinión pública es señal inequívoca de que los caminos seguidos no son los más adecuados. Los actos definen los resultados, esto haces, esto tienes. Y cuando se obtiene diversificación de opiniones y posturas alrededor de cualquier situación uno debe preguntarse qué es lo que ocurre porque las cosas no se están haciendo bien.   

El sevillista de a pie lleva 3 años recibiendo una serie de frustraciones y decepciones importantes. Estas han llegado a nivel de resultados, con la no suficiente contención de una caída más que previsible desde el punto máximo de rendimiento de la entidad en los últimos cincuenta años, sazonada con momentos puntuales de pérdida de oportunidades históricas o ridículos de mucha proporción. Y también lo han hecho a nivel de plantilla, con la no consecución de una serie de fichajes que parecían cerrados y no se han obtenido. Un abonado o simple aficionado mira hacia atrás, observa los mensajes que ha recibido desde entonces, y analiza la situación actual y es lógico, normal y entendible que se muestre decepcionado, frustrado y que saque su lado más crítico, más mordaz o más voraz contra lo que está observando.  

A día de hoy es muy complicado contener el choque de opiniones.  Lo peor es que la división nunca trae resultados. Si dentro de una sociedad existe polaridad se está lejos de la obtención de los objetivos o resultados deseados. Existe oposición de la afición para con el club y también dentro de los propios seguidores sevillistas. El caldo de cultivo para el cisma se engrandece cada día que pasa. Y la gota que ha colmado el vaso ha sido este Agosto de 2011. La no presencia en Europa League, tras la decepción de observar que el equipo no estaba para poder pelear por entrar en Champions, y la configuración final de la plantilla han supuesto la puntilla para que las voces se enaltezcan. Aquellos que buscan motivos para justificar los acontecimientos se quedan con pocos argumentos. Incluso se observa que también caen en la decepción.

Tratar de analizar en positivo que el Sevilla se haya quedado con dos delanteros puros en su plantilla se hace casi imposible. A todas luces se muestra como un error, el principal, mayúsculo. No es el único en cuanto al análisis global de los efectivos con los que cuenta Marcelino para la próxima temporada, pero sí el que se atisba más trascendente. El asturiano está en un proceso de estructuración del equipo en base a un sistema 4-4-2. Parece bastante enrocado en esta posición, en mantener su sistema predilecto. No sabemos cuáles habrán sido las conversaciones internas, que se supone que las habrá habido. Queremos creer que se tiene un plan B. El “marrón” ahora recae sobre el entrenador. A Marcelino le va a tocar la papeleta de resolver la situación de desequilibrio de la plantilla. O se reinventa o saca un efecto de su chistera con el que no se contaba. 

Cierto es que la ausencia de competición europea libera la presión sobre la plantilla, en cuanto a competición. No sólo es analizable el número de partidos inferior que se juega, se disminuyen los desplazamientos, los plazos de recuperación aumentan y los tiempos de preparación de partidos y sistemas se acrecientan. Pero no valen como escusas para la no llegada de un delantero, máxime después del varapalo europeo. Sólo sirven para agarrarse a un clavo ardiendo y no dejarse vencer por la decepción. 

La directiva del Sevilla debería haber valorado la situación desde otros ángulos diferentes al económico. Es entendible que la situación económica no sea la más adecuada, pero el aficionado no tiene culpa. Si se ha llegado a este momento es debido a la gestión económica y deportiva y como consecuencia de los resultados obtenidos en los últimos años. El margen de maniobra parece, desde fuera, que ha sido muy estrecho. Sólo, mientras no se diga lo contrario, parecía existir una opción para mejorar lo que había en plantilla. Fuera de ahí, algo siempre será mejor que nada, y se tenían que haber valorado otras opciones.
Hacer más fuerte la plantilla, aún con efectivos de clase b, era otra visión a la que unir a la económica. Para el Sevilla actual es muy importante, de cara a no verse imbuido por un proceso de retroceso en el que parece estar cayendo sin parada, entrar entre los cuatro primeros de cara a mantener el discurso actual. Y por último está la social. La pelota mandará y será la que pueda reconducir la situación. Pero desde el punto de vista social, la gestión de la actual directiva no está siendo brillante, por calificarla de alguna manera. Las críticas, hasta ahora totalmente justificadas, van en aumento. El clima de crispación en los abonados y aficionados que se respira es cada día más denso. Y desde el club no se ponen las medidas necesarias para que se vuelva a una situación de calma. Solucionar esta situación nunca puede ser responsabilidad del aficionado.

El acometer un esfuerzo económico por encima del “estrictamente posible”  se antojaba necesario. Hipotecar un poco el futuro cercano por tratar de obtener un presente mejor, o al menos más fácilmente alcanzable, hubiera sido una valoración positiva. El tiempo dará y quitará razones, pero no se parte de la situación más cómoda para llevar a cabo un objetivo complicado. El aficionado tendrá que agarrarse al cuadro técnico, a la vista de cómo queda la plantilla.

“In Marcelino We Trust”- En Marcelino, nosotros creemos-, es el único grito que podemos hacer nuestro. La dirección del cuadro sevillista ha dejado demasiadas cosas en su mano, confiemos en que el asturiano nos de lo que esperamos de él, desde una posición de mucha desventaja frente a otros rivales. Otra planificación que sumar a las anteriores para plantearse muchas cosas en el actual Sevilla F.C. Como por ejemplo, si no es hora ya de cambiar el discurso…..