Cualquier análisis debe siempre partir de unas condiciones
de contorno que van a originar una solución u otra diferente en función de las
mismas. Los “hombres” de ciencias conocen esto, el contexto es parte
trascendente en la obtención de los resultados. Este preámbulo nos lleva a
definir las particularidades del partido que enfrentó a Málaga y Barcelona en
la Rosaleda en el día de ayer, ya que, sin estas, el análisis sobre la puesta
en escena de Lionel Messi quedaría capado. Todo parte de los condicionantes que
nos trajo el partido antes de su arranque. El escenario que se le brindó al
Messi-as para su retorno al máximo rendimiento es consecuencia de estos. Luego “La
Pulga” tuvo que explotarlo y a fe que lo hizo de una manera brillante y
determinante. Tuvimos la suerte de ver la mejor actuación individual del astro
argentino en varios meses. Fue el principio y el fin, el alfa y el omega de su
equipo en la tarde-noche malagueña de ayer. Brillantez en la gestación y
resolución en la definición.
MALA GESTIÓN DE
PELLEGRINI DE SUS EFECTIVOS + AUSENCIA DE XAVI= EXPLOSIÓN MESIACA
El Málaga se presentaba en el partido sin su hombre más
determinante en el plano táctico. La bisagra Toulalan no era de la partida. Este
contratiempo originó que los espacios interiores entre defensa y mediocampo
fueran puentes de plata para Iniesta y Messi en mayor medida. El francés es el
jugador que proporciona el factor corrector en el aspecto defensivo en el
equipo de la Costa del Sol. Es el chico de los recados, el que realiza los
trabajos de secretariado para sus compañeros. Siempre está para contrarrestar
los desajustes defensivos, las ausencias de repliegue de algunos compañeros y
para proteger la corona del área, la zona de oro en el fútbol moderno. Donde
hay un problema que resolver, allí aparece el ex del O.L. y lo hace
generalmente con brillantez.
No contar con Jeremy para Pellegrini fue una losa demasiado
pesada. Maresca y Eliseu naufragaban en el aspecto defensivo, su espalda era
fácil y un atajo cómodo para encontrar los caminos que llevan a Willy
Caballero. Allí Messi encontraba espacios para gestar la jugada, para ser el
receptor del balón cuando llegaba la hora de buscar la profundidad en el juego
blaugrana.
La ausencia de Xavi en el once de partida de Pep potenció a
otros dos jugadores más de los tres que compartían el posicionamiento interior
del rombo en mediocampo blaugrana. Busquet tuvo una mayor responsabilidad en el
inicio de la jugada. Sin el de Tarrasa como apoyo en el primer pase, Sergi se
las ingenió para modificar un poco su aporte al equipo. Recaía sobre él un
mayor trabajo y una función que se observó en los primeros minutos del choque.
El teórico mediocentro se incrustaba entre centrales para formar línea de 3 en
el comienzo del juego ofensivo barcelonista ante el empuje en la presión
malaguista en el comienzo de partido. Quién no respondió a las exigencias fue
Thiago Alcántara. El hijo de Mazinho tenía la misión de hacer de Xavi pero no
brilló y fue el menos trascendente en el mediocampo barcelonista.
El duopolio del control del partido recayó en la figura de
Iniesta y Messi. Sin Xavi, la verticalidad es mayor si los dos “chiquititos”
toman el mando. Su capacidad para superar líneas en conducción y su estilo de mayor
profundidad en sus acciones, frente al Xavi-Control, originan que el Barcelona
sea menos denso, lo que no tiene que equivaler a ser más efectivo o brillante. Sin
embargo ayer el protagonismo de Andrés y Lionel llevó a que su equipo volara
más en ataque.
En particular se vio potenciada la figura del argentino en
el momento en el que el Barça decide cambiar revoluciones y ser más profundo.
Vimos un Messi muy argentinizado-con un rol muy parecido al que asume en la
selección Albiceleste-, bajando a recibir incluso casi a línea de medios, con
la consiguiente recepción de segundo pase en el arranque de los ataques. Esto llevaba
asociado que casi nunca rompiera en profundidad- buscó el apoyo frente a la ruptura
en sus desmarques- y que tuviéramos la posibilidad
de observarlo mucho más asociativo que conductor, más generador que resolutivo.
Casi nunca ocupó la posición más adelantada de su equipo. Su lugar en el campo
fue el de 10, con ausencia de un delantero centro claro salvo en las ocasiones
en las que Alexis Sánchez intercambiaba su trabajo como amplificador del campo
por el de percutor en el área.
Lionel se encontró muy cómodo jugando casi siempre por
detrás o en la línea de balón. Desde ahí empezó a generar asociaciones, como la
que ya habíamos visto en el Bernabéu, con Abidal o la que marca la lógica con “Don”
Andrés Iniesta. Amplificada también se vio su llegada desde segunda línea. No
era el día para que Messi matara al rival con sus brillantes slaloms a lo
Alberto Tomba dejando rivales atrás. Se vieron en algunas ocasiones, pero el
peso que fue determinante en el juego y resultado se derivó de su rol como
origen y comienzo de los momentos de aceleración del ataque catalán. El extra
pass habitual de Xavi y su peso en la posesión no formaban parte del partido.
Allí “La Pulga” encontró un hábitat al que Pellegrini nunca puso trampas.
EL ACORDEÓN GUARDIOLA
, LA TERCERA CLAVE DE MESSI-MOMENTO
Observamos un Barcelona amplio, Pep optó por la doble A-
Alexis y Adriano- para acompañar a Messi en el teórico tridente de ataque. En
los primeros pases de salida del juego, estos eran extremos puros para generar
espacios interiores que permitieran que la recepción messiaica o de Iniesta
fuera lo más sencilla y limpias posible. Cuando los gestores estaban en
posesión de balón, el equipo se cerraba, los externos tiraban diagonal interior
para generar un pase en apoyo y continuación para los internos-Andrés y Lionel-
y luego buscar la culminación de la pared con un desmarque de ruptura. Movimientos
ofensivos de acordeón para facilitar primero la recepción del balón de los
jugadores encargados de gestar el juego de ataque y después ofrecer opciones de
pase o limpieza de espacios. Equipo abierto que se cierra, facilidad de
recepción y de continuación.
Para completar este contexto de ataque que potenció la
figura de Messi, los laterales se sumaron con criterio y continuidad. Abidal y
Alves- la doble A de banda defensiva- ocupaban los espacios exteriores cuando
la doble A ofensiva buscaba posiciones interiores o de ruptura con sus
diagonales. El campo malaguista siempre
estuvo ocupado en todo el ancho, permitiendo que Lionel tuviera muchas
opciones de pase, tanto por dentro como por fuera y tanto en apoyo o en
ruptura.
Bonita la propuesta de Guardiola para explotar al máximo a
su hombre insignia. Este le correspondió
como merece la preparación del territorio ofensivo, lo que nos condujo a ver un
Barcelona valiente, menos contemplativo que en otras ocasiones y el cual, por
fín, consiguió brillar fuera de su estadio. Valentía y terreno preparado para
Messi nos diera una versión ampliada y muy mejorada a la que estábamos viendo
desde la vuelta de las vacaciones.
Tampoco olviden que Pellegrini hizo lo suyo por colaborar en
que Lionel fuera el todo de un partido bien jugado por su equipo y muy mal por
el malagueño.